miércoles, 8 de agosto de 2012

Reflexión de hoy


Toda obra tuya es para bien, Padre. Lo acepto y te doy las gracias, en el nombre de Jesús, porque lo que yo entiendo como tribulación en realidad es el refinamiento de la fe que necesito para recibir tu gracia. Te alabo y reconozco tu omnisciencia, porque el bien es el fin de todos tus actos.

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