A
quien tiene como garante a Jesús el universo jamás le niega los recursos que
necesita para una vida gozosa e independiente. Gracias, Padre, porque ahora con
conciencia acepto que viniste hecho hombre, en la persona de Jesús, para que yo
sea sano y salvo, libre de enfermedades y pecados que fueron absorbidos por Ti
en la cruz.
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