lunes, 6 de julio de 2009

Reflexión de hoy

Cuando se empieza a usar la razón uno es quien decide y es totalmente responsable de la relación que quiere llevar con Dios. Ante Él ocurre exactamente igual que con nuestros padres físicos: al llegar a la adultez y tras formar una nueva familia, le corresponde a los hijos invitar a sus padres al nuevo hogar y establecer nuevos canales para que la comunicación con ellos continúe siendo fluida, cómoda, placentera. En manos de cada uno de nosotros está la decisión de las veces que invitaremos al Padre a estar con nosotros.

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