Padre, nada creado por Ti se pierde. Tu
espíritu permanece intacto y la materia se transforma. Incluso el yo creado por
mí, con libre albedrío y mis acciones, permanecerá más allá de la muerte física. Seguir
el mandato de Jesús me conduce a la gloria, y el egoísmo al fuego eterno.
miércoles, 28 de agosto de 2013
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