¡Qué
cosa! No es posible certificar la resistencia de nuestro autocontrol y la
dimensión de la paz que hemos logrado sin recibir provocaciones. Hay que
aprender a verlas como peldaños que nos llevan a la cumbre de la concordia, la
quietud y la armonía. Gracias por el mensaje, Padre, en el nombre de Jesús.
martes, 19 de marzo de 2013
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