El
súmmum del ejercicio del poder divino es el perdón. Entre los humanos sólo
puede perdonar quien ha recibido el poder para hacerlo, y el poder lo otorga,
paradójicamente, el ofensor que se hace reo del perdón frente al ofendido. Gracias en el nombre de Jesús, Padre, por abrir mi entendimiento.
lunes, 18 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario