martes, 26 de marzo de 2013

Meditación



Despleguemos el espíritu, como gaviota las alas al viento; flotemos serenos de un lado a otro, y elevémonos al influjo de la corriente superior divina. Aprovechemos para observar los movimientos de la mente desde un plano ventajoso, el que nos confiere el contacto con lo supremo que hay en nosotros. En el nombre de Jesús gracias, Padre, por ponerme de nuevo en sintonía con esas palabras que forman parte de una reflexión que me entregaste cinco años atrás.

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