Ingenioso
e inmortal se hace quien te acepta como líder, Jesús, y va detrás de tu luz,
pues recibir y entregar tu mensaje es misión de obediencia, la mayor oración,
dadora de la paciencia que es el pan del alma, a la vez que refugio de la
sensibilidad, la forma simple de vivir propiciada por la ternura y la tibieza, claves
para alcanzar la victoria en el ejercicio de la virtud: integridad de
ánimo y bondad de vida.
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