La
abundancia de tu amor es pura alegría, beatitud, bienaventuranza eterna, que recibo
por tu caridad y compasión, Padre divino. Don especial es sentir con emoción tu
presencia. La entereza hace de la felicidad una fuerza que es ganancia
espiritual; recibe por todo ello mi gratitud, expresada en la hospitalidad a
los mejores sentimientos. Con humildad y regocijo acepto la inspiración que
dirige a mi instinto hacia el juego justo, legítimo y lícito.
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