La
nitidez y claridad de juicio se convierten en una preciosa novedad cuando nos
hacemos el obsequio de la meditación, la observación de la paz que proyecta el
Padre con su poder que ilumina la razón y acrisola el respeto por la seguridad
que dan la sensatez, la templanza y el trabajo único y útil en pro de alcanzar
la vida esplendorosa que es fruto exclusivo de tu voluntad.
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