jueves, 31 de marzo de 2011


¡Gracias! Gracias he de darte cada día de mi vida, en nombre de Jesús, por lo vivido, por lo que vivo y por lo que viviré. Eso: agradecerte, y no otra cosa, es todo lo que quiero lograr con mis reflexiones, oraciones, meditaciones y conversaciones contigo, que espero convertir en un compendio de agradecimientos y testimonios de la fe y la sabiduría que Tú depositas en todos tus hijos.

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