Me he quejado mucho, pero lo cierto es que en relación con Jesús, tu hijo unigénito, Padre, me has privilegiado de manera incomparable, lo mismo que a toda la familia humana. Mientras a Jesús lo enviaste a la tierra con la orden de sufrir escarnio, crucifixión y muerte para poder regresar a tu seno, después de redimirnos, a nosotros sólo nos pide amarte por sobre todas las cosas y que nos amemos los unos a los otros para luego estar contigo y con Jesús por toda la eternidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario