martes, 29 de marzo de 2011

Reflexión de hoy


Me he quejado mucho, pero lo cierto es que en relación con Jesús, tu hijo unigénito, Padre, me has privilegiado de manera incomparable, lo mismo que a toda la familia humana. Mientras a Jesús lo enviaste a la tierra con la orden de sufrir escarnio, crucifixión y muerte para poder regresar a tu seno, después de redimirnos, a nosotros sólo nos pide amarte por sobre todas las cosas y que nos amemos los unos a los otros para luego estar contigo y con Jesús por toda la eternidad.

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