Padre, mi oración hoy, en momento de tribulación por las devastaciones en Japón, es para pedirte que te compadezca, una vez más, de tus hijos en la tierra y nos abra el entendimiento para que comprendamos, de una vez y para siempre, que es con humildad, respeto y sumisión que debemos vivir en la tierra, sujeta siempre al poder de la naturaleza y no a la tecnología desarrollada por el hombre. Ayúdanos a no olvidar la lección del tsunami de Japón.
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