No te has curado, porque no te has entregado. No te has curado, porque no te has abandonado al Padre. No te has curado, porque no has conversado en silencio con el Padre. Sin el silencio no hay curación, por eso lo exigen en los hospitales. En nombre de Jesús, gracias por recordarme esto, Padre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario