Padre, si nosotros decidiéramos ser agradecidos como las plantas, terminaríamos con nuestras ansiedades, apetencias, miedos. Con muy poco viviríamos y mostraríamos un esplendor arrobador. Hasta en un ambiente interior el agradecimiento intrínseco en las plantas las orienta a entregar para todo el que las observa un follaje atractivo, flores, colores, olores y retoños como respuesta glamorosa al agua que recibe en su macetero.
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