sábado, 6 de junio de 2009

Reflexión de hoy

Permíteme, Padre, que sea merecedor de honrarte. Limpia mi mente, ennoblece mis pensamientos y acciones. Pon en mi boca las palabras que sean de tu agrado para alabarte y adorarte como nadie jamás lo hizo. Mientras llegan, acepta que tome prestadas las del salmista: “Altísimo Señor ¡qué bueno es darte gracias y cantar himnos en tu honor! Anunciar por la mañana y por la noche tu gran amor y fidelidad”.

No hay comentarios: