Y cuando admitamos que Dios es nuestra luz, nuestro esplendor, jamás habrá un pasaje oscuro en nuestra vida, independientemente del lugar en que estemos ubicados, independientemente de la favorable o desfavorable condición del momento.
NOTA: Me excuso por la irregularidad en el horario de las reflexiones, pero en estos momentos no dispongo de la computadora en la casa.
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