martes, 2 de junio de 2009
Reflexión de hoy
Llena tu boca de peticiones y gracias a Dios. Deja que salgan intercaladas así: "Señor en ti busco protección; no me defraudes jamás... Señor, yo te alabo, porque tú me liberaste... Ponme a salvo, pues Tú eres justo... Señor, mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste", (Salmos 30 y 31). Después de un vigoroso ejercicio de pedir y agradecer, abre tus oídos, cierra los párpados y concéntrate para escuchar y disfrutar de las respuestas del Padre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario