El Padre nos dio el libre
albedrío, y nos permite hacer uso del mismo a nuestro antojo, con toda la
libertad, porque en esa libertad radica nuestra semejanza con Él para decidir y
crear nuestra propia vida. Pero eso es por un tiempo, pues Él no quiere que
ninguno de sus hijos viva en este plano eternamente sin recibir los
merecimientos fruto del uso del libre albedrío. Esta es la razón de la muerte:
darnos justamente lo ganado con nuestro ejercicio creativo. Desde que la tierra
es tierra nadie se ha quedado en la misma sin recibir lo que le pertenece en el plano eterno.
sábado, 13 de septiembre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario