Te escucho en silencio, Padre. Redoblaré el esfuerzo
de centrar mi atención para agradarte a Ti y a Jesús con todas mis acciones. Procuraré
enfocarme de manera que nada me distraiga y antes de emprender cualquier tarea
o emitir cualquier juicio pensaré en agradarlos para que sea mi espíritu quien
guíe mis acciones y no mi ego.
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