Las
cosas tuyas, Padre. Qué buena es la enseñanza que contiene el peor día en esta
vida. Como no es el final, al reflexionar sobre el mismo percatarse de que
todos los demás han sido mejores es un hecho natural e instantáneo. Me alegro y
te doy gracias, en el nombre de Jesús, porque mi cuenta va por 24 mil y pico.
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