No
es posible la fe sin el dolor y el sufrimiento. Así como para crecer y ser
productivas en suelos secos y de pobre calidad las plantas requieren abono y
riego planificados, la fe pura sólo crece y fructifica con la ayuda del dolor y
el sufrimiento en momentos oportunos. El dolor y el sufrimiento son el abono de
la fe. Gracias, Jesús, por hacer que yo lo entienda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario