Ignorancia
crasa es pensar que vendrá. No es posible verlo venir, porque el verdadero
amor, el amor sublime, el amor divino nunca, nunca llega. No puede llegar, porque
siempre ha estado. Cada quien lo siente, lo abraza, lo disfruta cuando lo deja salir
de su propio espíritu. “Amarás”, la primera palabra del primero de los
mandamientos lo indica perfectamente. El Padre no mandaría a amar, si
previamente no hubiese dotado de amor a todas sus criaturas.
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