martes, 8 de junio de 2010

Reflexión de hoy

Uno es el alimento que consume. La fortaleza y salud físicas me las da una alimentación balanceada. Estoy consciente de que debo esforzarme en consumir alimentos de diferentes tipos, entre los cuales hay algunos que el paladar no los clasifica como deliciosos, pero por los nutrientes que aportan los ingiero en contra del gusto del paladar. Alimentar el cuerpo bien tiene sus complicaciones. ¡Qué bueno que para la fortaleza y sanidad óptimas del Espíritu sólo necesito a Jesús!

1 comentario:

Unknown dijo...

Hermanito. Corroboro con todo cuanto dices. Trato, igual que tú, de ingerir lo que conviene a mi edad y condición...Uno se va acostumbrando hasta el punto de cambiar toda una dieta y un estilo de vida. Y, por supuesto, el cuerpo lo agradece!