domingo, 6 de junio de 2010

Reflexión de hoy

Padre, gracias porque dirigiéndome a Ti aprendí que una sonrisa es abrir las puertas del alma para que la alegría y el amor salgan vigorosos a correr por todas partes. Ayúdame a sonreír siempre, pues quiero ser un repartidor de tu alegría y de tu amor.

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