sábado, 3 de abril de 2010
Reflexión de hoy
Padre, perdóname por mi egoísmo y lo mucho que he insistido pidiéndote que me libre de sufrimientos, cuando lo que debo pedirte es que me enseñes a manejar el sufrimiento. ¡Perdóname! Es ahora que me doy cuenta de que estaba buscando disfrutar de un privilegio del cual ni Jesús disfrutó a su paso por la tierra, donde, todo lo contrario, padeció toda clase de sufrimientos, desde el escarnio hasta los azotes y la crucifixión para salvarnos.
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