domingo, 20 de septiembre de 2009

Reflexión de hoy

La gloria sea tuya, Padre. A Ti y a Jesús alabanzas y gracias por lo que puedo hacer bien; por mostrarme el empinado, pero maravilloso sendero por donde es posible avanzar ligero y lleno de placer botando las cargas de la envidia y el miedo, de la pereza y la frialdad, del odio y la frustración. Alabanzas y gracias, repito, porque disfruto del esplendor del camino en la medida en que me deshago de los lastres y hago espacio para los bienes que hoy recibo de Ti.

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