sábado, 5 de septiembre de 2009

Reflexión de hoy

Entregaste tu vida por mí, Jesucristo. ¿Por qué me quejo yo, que estoy viviendo bien la mía? ¿De qué me quejo, si todo lo he recibido, lo recibo y lo recibiré del Padre? Soy injusto y ciego; aboga por mi perdón, Jesús, y termina de rasgar el recio velo de mis apetencias personales que no me ha dejado ver con la claridad que empiezo a vislumbrar todo lo que hay más allá de mis limitaciones humanas. Ruégale al Padre para que me dé el Espíritu Santo.

No hay comentarios: