viernes, 4 de septiembre de 2009

Reflexión de hoy

Pensar en Jesucristo es pensar en el amor perfecto. Todos los actos de su vida se fundaron en el amor y el bien, especialmente su crucifixión. En ese asesinato horrible, el amor y la bondad de Jesús superan la maldad de sus asesinos, para quienes pidió perdón al Padre. El amor y la obediencia infinita al Padre, y su piadosa bondad para pagar por nuestra redención fueron el sostén a lo largo de su doloroso calvario. Pensar en ello es fortalecimiento divino.

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