Este es un día muy especial para darte gracias, Padre,
por múltiples razones: el período de silencio provocó cambios profundos en mi
manera de ver la vida; tengo totalmente clara la respuesta del porqué de lo que solemos calificar como
tempestades en nuestra vida; conozco que en esta etapa de mi vida lo más
importante y conveniente para el futuro de mi espíritu es pedirte que se cumpla
tu propósito y no el mío, que me ubiques donde yo pueda ser útil y no donde me
sienta más cómodo; me siento en paz contigo más que nunca antes y hoy retomo la
publicación en Diario Divino. Por todo eso y más ¡GRACIAS!, en el nombre de
Jesús.
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