Nuestro mayor problema, la ruina de la humanidad, es
la suplantación del amor por el querer con la funesta convicción de que ambos
son iguales, cuando son totalmente opuestos porque sus fuentes originarias son el
espíritu y el ego, el agua y el aceite etéreos que fundamentan nuestro libre
albedrío. Gracias en el nombre de Jesús, Padre, por hacer que yo entienda.
Ayúdame a no caer jamás en la barbaridad de confundir a uno y otro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario