sábado, 31 de marzo de 2012

Reflexión de hoy

Gracias, en el nombre de Jesús, Padre, porque en esta etapa de mi vida cada vez que despierto en un día lluvioso y nublado, como el de hoy, ya no me desentono. Y, mejor que eso, mi fe se afirma. No tener ni la menor duda de que el sol volverá a brillar en cualquier momento resulta ser una lección contundente sobre como es que debo confiar en que Tú siempre cumples tu palabra.

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