viernes, 15 de enero de 2010
Reflexión de hoy
Las otras alegrías que disfruté en el pasado, las que disfruto hoy y las que disfrutaré mañana fueron, son y serán buenas algunas y muy buenas otras, pero ninguna alcanzó ni alcanzará la excelsitud de la alegría por Tu gracia, Padre, pues ésta es la firme alegría, la genuina alegría de la sensatez, de la prudencia, de la ecuanimidad, de la cordura; es la imperturbable alegría de la madurez, de la reflexión, de la objetividad, de la mesura, de la tranquilidad. Gracias, Padre, en nombre de Jesús.
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