jueves, 14 de enero de 2010

Reflexión de hoy

Períodos hubo, y no cortos, en los que solía buscar la “alegría de vivir” destapando con gran placer una botella, mucho mayor si era en el entorno de una barra, mi refugio bullicioso cuando corría de la paz del hogar, de la caricia a un libro, del crepúsculo de la tarde, del cielo estrellado, del sueño importante de la medianoche y, lo peor, de tu mirada, Padre. Qué bueno que por Tu gracia, ahora lo sé, escapé a tiempo y casi ileso de las bebentinas que me resultaban placenteras.

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