miércoles, 13 de enero de 2010

Reflexión de hoy

¡Oohh! Tu gracia, Padre, es el placer de la paz. Cuando permito que Tu gracia me llene, librándome de preocupaciones y distracciones innecesarias, alcanzo los más altos picos del sosiego, de la serenidad, del reposo, de la calma, de la moderación, de la amabilidad. Padre, en nombre de Jesús te pido, permite que yo pueda siempre llenarme de Tu gracia y hazme servidor permanente Tuyo.

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