Una vez más te doy gracias en el nombre de Jesús,
Padre, porque tras una respiración consciente y profunda, en medio de una
tormenta de la vida, regresó a mi mente el concepto de que todo lo
indispensable para vivir lo pusiste al alcance de todos, precisamente a la distancia de un respiro.
jueves, 23 de octubre de 2014
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