Lo entienda o no, lo acepte o no, me lo
proponga o no, hasta el último día en este plano terrenal cada mañana tengo que
empezar de nuevo, y mejor es que lo haga con entusiasmo y dándote gracias,
Padre, porque es lo que dicta el sol con su llegada cada día, y lo que con
autonomía realizan permanentemente mis células para mantenerme activo.
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