jueves, 27 de octubre de 2011

Reflexión de hoy


Es maravilloso saber, Padre, que no soy indigno de Ti; que Tú te alegras con el arrepentimiento genuino, de corazón, y que es más fácil para Ti perdonarme que para mí recibir el perdón. Gracias en nombre de Jesús por recordarme estas bendiciones.

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