Reflexión de hoy

Hay un solo Creador, un solo Espíritu: ¡Tú, Padre! Pero desde el pecado en el paraíso la humanidad caída se empeñó, guiada por el maligno, en levantar ídolos, falsos dioses que nos hunden más en el pecado.  Y ni hablar de que modeló un patrón de espíritu mundano, ese que se complace en lo vano, en la concupiscencia que reclama con fuerza nuestra atención y que es la fuente generadora de la lucha destructiva del hombre contra el hombre, negadora del mandato “amaos los unos a los otros” que nos indicó Jesús.