miércoles, 31 de marzo de 2010

Reflexión de hoy

Mirando con conciencia y buscando acercarme a lo justo, lo menos que puedo hacer es admitir que Tú, Padre, me has privilegiado con relación a Jesús. No me enviaste al mundo a pagar con mi vida por el pecado ajeno, como lo hiciste con tu primogénito. Siempre me has proveído con lo que necesito, me has permitido goces extraordinarios, he disfrutado de una vida totalmente regalada. Lo único que debo pedirte es que me convierta en siervo tuyo. Dame la oportunidad de servirte, en nombre de Jesús te lo pido.

No hay comentarios: