viernes, 11 de diciembre de 2009

Reflexión de hoy

Corrijo, Padre, qué bueno que me hiciste caer en cuenta: qué tonto era al pensar que podía cansarte. Gracias por aclararme el pensamiento, por hacerme ver que, por más que yo insista, es imposible que pueda cansarte, y, al contrario, te complace que te pida. Así que, con más fe, vuelvo a pedirte lo mismo: el Espíritu Santo. Y ten por seguro que, una vez que Tú me des el Espíritu Santo, encontraré la manera para continuar pidiéndote y agradeciéndote.

1 comentario:

Unknown dijo...

Don Rafa, es el Espíritu Santo quien nos tendrá a nosotros. Irá creciendo, en proceso, y nosotros menguando. Siempre es El Señor quien hace la obra. Vamos consintiendo y diciendo un sí integral y pequeño...que nos hace gotas de agua del gran océano.