Exactamente, Padre, este es mi gran
momento, en el cual tengo conciencia de mi todo: de mi amor y mi aversión, de
mi perdón y mi condena, de mi alegría y mi melancolía, de mi abundancia y mi
carencia, de mi bondad y mi maldad. Este es el momento de optar por la
salvación, escogiendo entre esos pares opuestos siempre lo primero.
jueves, 10 de octubre de 2013
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