Estoy convencido y acepto que todo obra
para bien, aun la aflicción. Te doy gracias, Jesús, porque por medio de la meditación
en tu entrega y sacrificio es que conozco que ese convencimiento y esa aceptación
son el fundamento de la fe en que el Padre librará de cualquier mal a mi espíritu.
miércoles, 9 de octubre de 2013
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