miércoles, 24 de octubre de 2012

Las ofensas en el camino

Jamás una ofensa personal puede detenerme en el camino de búsqueda del reino de Dios. Cuando se avanza por esa ruta del amor y el perdón las ofensas que aparecen deben ser vistas, ni más ni menos, como oportunas estaciones para repostar combustible en un viaje largo por una carretera desconocida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rafa. Esto es sumamente difícil, porque el perdón es don de Dios. Pero aspirar a eso, y pedirlo con humildad, sobre todo en el momento en que se nos está ofendiendo es un ideal de gran valor. Que el Señor nos lo conceda a ambos, aunque tengamos que pasar un proceso sanador purificador que nos tumbe del caballito como a Pablito...

Rafael Calderón Paniagua. dijo...

Confiemos en que Él va a tumbar el caballito.