miércoles, 1 de junio de 2011
Reflexión de hoy
Para lograr la felicidad pura lo único que tengo que hacer es encaminar mi ego de la vistosidad de la pasarela social hasta la profundidad de tu espíritu en mí. Y para merecer la eternidad, creer en Jesús. Me la pusiste fácil, Padre, no entiendo porque tengo dificultad para avanzar con agilidad si felicidad y eternidad están en la misma ruta.
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