¡Cuánto ha llovido en esta semana, Padre! ¡Con fuerza ha azotado el viento a la mole de acero y cemento que es New York! La naturaleza muestra su poder y a todos nos ha puesto a mirar hacia lo alto, donde sabemos que sólo puedes estar Tú. Gracias, en nombre de Jesús, quien vive, reina e intercede por nosotros en tu presencia, por hacer que miremos hacia arriba, la acción natural para invocarte.
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