sábado, 1 de mayo de 2010

Reflexión de hoy

Cuando te doy gracias, Padre, el aburrimiento y la ansiedad se apartan, lo mismo que la desesperanza y la inseguridad, la irritación y la aversión, la agresividad y la perturbación, así como cualquiera otra actitud malsana. Cuando te doy gracias el momento que vivo es perfecto. No puede ser de otra manera cuando consigo conectar mi mente con tu Espíritu. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!...

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