lunes, 23 de noviembre de 2009

Reflexión de hoy

Padre, ya vencí la inexplicable y tonta resistencia de volver a sentirme como el niño que soy para Ti. No siento vergüenza de comportarme como tal y reconocer en cualquier momento y lugar que de Ti dependo, que soy un mantenido tuyo. Por eso te pido y te agradezco en cualquier momento y lugar, confiado en que no te molesta, todo lo contario, te agrada recibir mis peticiones y complacer las que me convienen, a cambio de lo único que puedo darte: ¡GRACIAS!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermanito: Dios sabe lo que hay en fondo de nuestro corazón y cuáles son nuestras motivaciones profundas... Todo lo bueno que haya en nos o hagamos con los talentos recibidos, son siempre, obra Suya! Nuestro gozo es poder irle conociendo y permitiéndole despacito obrar en nos. Seguimos en el mismo bote...sin remos...pero confiando en la MISERICORDIA!