viernes, 6 de noviembre de 2009

Reflexión de hoy

Gracias por refrescarme la memoria en estos días, Padre, y por propiciar que yo pueda volver a ver, aprender y disfrutar, ahora con mucho más conciencia, de la sabiduría con que Tú envías a los niños al mundo para que puedan deleitarnos y manejarnos con eficiencia valiéndose de la cariñosa pronunciación de una sola palabra: “papá”, que en la vocecita de los nietos resulta ser un mandato más efectivo que el ¡atención! gritado por un general en la milicia.

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