De tu abundancia he recibido, Padre. Puedo
dar testimonio y eso hago al declarar que sin un empleo que me garantice
sustento no me ha faltado ni techo ni pan en los últimos nueve años. Tú me has
sostenido con medios y personas que has usado en mi favor. Te doy las gracias
en nombre de Jesús y apoyándome en tu palabra confío en que el esplendor de mis
tiempos postreros será mayor que en cualquier época considerada dorada por mí.
miércoles, 28 de enero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario